La aparente unidad entre Morena y sus aliados volvió a resquebrajarse este fin de semana, luego de que el senador Luis Armando Melgar, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), lanzara una serie de insultos y acusaciones contra Gerardo Fernández Noroña, a quien llamó “sucio pendenciero que hace unos años moría de hambre”.
El conflicto estalló después de que Noroña anunciara su intención de revisar los ingresos del legislador verde, lo que provocó una airada respuesta por parte de Melgar. “Dice que revisará mis ingresos cuando él mismo está en el lodazal de una riqueza inexplicable”, respondió el senador, visiblemente molesto.
Melgar acusó a Noroña de vivir con una “austeridad hipócrita” y de tener propiedades y lujos que no puede justificar. “Anda, Noroña, dinos cómo puedes financiar tus camionetas y tus viajes VIP. Deja de usar la tribuna para mentir y mejor actúa con transparencia”, arremetió.
El intercambio no solo evidenció la tensión personal entre ambos legisladores, sino también la fractura política dentro del bloque oficialista, conformado por #Morena, #PT y #PVEM, que en teoría mantienen una alianza legislativa.
Resulta contradictorio que Melgar, quien debe su posición al respaldo de esa misma coalición, ahora se distancie abiertamente con declaraciones que rozan el rompimiento político y moral del grupo parlamentario.
Mientras tanto, Fernández Noroña ha evitado responder directamente a los insultos, aunque en anteriores ocasiones ha acusado al Partido Verde de ser un aliado “de conveniencia” que antepone sus intereses económicos sobre la agenda social de la Cuarta Transformación.

Este nuevo episodio confirma que, lejos de consolidar un frente sólido rumbo a las elecciones de 2027, las pugnas internas y los egos políticos podrían convertirse en el mayor enemigo de la alianza oficialista, que enfrenta un creciente desgaste entre sus propios integrantes.