•El ataque ocurrió tras una riña en un establecimiento con permiso del ayuntamiento para vender bebidas alcohólicas
La creciente inseguridad en Zacatelco cobró una nueva víctima la tarde-noche de ayer, cuando un hombre identificado como “El Tío” fue ejecutado a balazos y otro más resultó herido, tras una riña registrada en un establecimiento dedicado a la venta de bebidas embriagantes. Lo alarmante del caso no solo es el crimen, sino el silencio y aparente desconocimiento del alcalde Miguel Ángel Acatzi Luna, quien ni siquiera fue informado oportunamente del suceso.
El ataque ocurrió sobre la Avenida Tlaxcala Norte, en la comunidad de Nextlalpan, donde una pelea a golpes escaló hasta convertirse en un enfrentamiento con armas de fuego. El lugar donde ocurrieron los hechos cuenta con permisos otorgados por la presidencia municipal para operar, pese a carecer de medidas efectivas de control o supervisión.
Durante la administración de Acatzi Luna, vecinos han denunciado el aumento descontrolado de antros y bares, muchos de ellos abiertos sin una regulación adecuada. Este crecimiento, señalan, ha ido de la mano con un incremento en los índices delictivos, como asaltos, riñas y, ahora, homicidios.
En redes sociales, ciudadanos han manifestado su indignación, criticando duramente el eslogan de campaña del alcalde, #ZacatelcoFuerteySeguro, que ahora, irónicamente, ha sido sustituido por los propios habitantes por #ZacatelcoDébilEInseguro.

La molestia también se dirige hacia el director de Seguridad Pública Municipal, Valentín Hernández Minor, a quien acusan de ser más leal al alcalde que a su responsabilidad con la ciudadanía, y de no dar resultados ante la ola de violencia.
Asimismo, señalan la inacción del regidor Gabriel Díaz Quintero, encargado de la Comisión de Seguridad, quien ha sido señalado por su bajo perfil y por, presuntamente, evitar involucrarse de fondo en el tema mientras “anda rodando en bicicleta”, dejando a la población abandonada.
La crisis de seguridad en Zacatelco parece profundizarse, mientras las autoridades municipales permanecen rebasadas, sin una estrategia clara para frenar la violencia que ya cobra vidas y genera un clima de miedo e incertidumbre entre los habitant