“Un precio de miseria de $4.25 el sorgo y $5.50 el maíz no nos deja ni para seguir trabajando, señor”, expresó con voz firme un campesino durante la manifestación en defensa del campo mexicano.

El hombre, de más de 70 años y con la experiencia de toda una vida en la tierra, lanzó un mensaje que refleja el sentir de miles de productores del país:

“No crea que estamos por gusto, o por capricho, o por molestar a la gente. Estamos por necesidad. Queremos seguir trabajando para tener un pueblo alimentado. Pero están comprando granos del extranjero para bajar el precio del nuestro, y eso no es justo.”

Los productores acusan al gobierno federal de abandonar al campo, mientras se privilegia la importación de granos que deprimen los precios nacionales.

“Dicen que hay que devolverle al pueblo lo que es del pueblo, pues es una gran mentira”, afirmó. “Lo dice alguien que conoce, un hombre que ha vivido y trabajado en el campo toda su vida. No tenemos seguro, no tenemos ninguna prestación. Estamos totalmente abandonados.”

El reclamo también alcanzó los precios del combustible y los apoyos sociales:

“Subieron $7 pesos al litro de diésel, dijeron que estaría en $20 y ahora anda en $27. Nosotros solo pedimos $2 pesos más por kilo de grano, y se les hace caro. Están como el asadón: puro para acá y nada para allá.”

Con tono de hartazgo, el productor lanzó una crítica directa al discurso del gobierno:

“Sigan votando por Morena, sigan creyendo que hay una transformación diferente. Puras mentiras. Dan la tarjeta para que la gente crea, los apoyos de 60 y más para tener a la gente ciega. ¿Por qué no nos quieren dar $2 pesos por kilo durante seis meses si regalan $6 mil cada dos meses? Eso sí es una miseria.”

Finalmente, el campesino dejó claro que no se moverán hasta ser escuchados:

“Piensan que nos van a doblegar, pero los campesinos no nos vamos a doblegar. Aquí vamos a estar hasta el tiempo que sea necesario.”

El mensaje se ha convertido en reflejo del hartazgo del sector rural, que exige políticas públicas más justas, precios de garantía reales y respeto al trabajo del campo mexicano.